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El agradecimiento del sector y las buenas cifras en Cataluña marcan el Día del Libro

Ayer se celebró el Día del Libro 2020, la jornada festiva y comercial que no se pudo vivir el 23 de abril debido al estado de alarma y que el sector del libro ha querido compartir con los lectores a pesar de las nuevas restricciones. Las librerías de toda la geografía nacional programaron -muchas de ellas puertas adentro de sus establecimientos – las actividades y firmas de libros que la responsabilidad y la seguridad les permitía, otras salían a la calle a mostrar su catálogo con todas las garantías sanitarias, y todas ellas ofrecían un 10% de descuento a sus clientes, como es costumbre.

El día en que las librerías quieren dar las gracias a los lectores

“Hoy no es el día de las librerías, sino el día en el que las librerías quieren agradecer a todos sus lectores el que hagan posible, y sobre todo en estos momentos, que sigan existiendo”, explicaba Enrique Pascual Pons, presidente el Gremio de Librerías de Madrid. “Hemos notado desde los primeros momentos del confinamiento un apoyo tremendo y desde que reabrimos nuestras puertas la afluencia de gente ha sido espectacular. La gente en su casa ha aprovechado para leer y redescubrir los valores que tiene la literatura. Era muy importante para el sector del libro que los lectores no se quedarán sin este día”.

Algunas librerías de Madrid recibían por la mañana la visita de la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, Andrea Levy, que, durante su recorrido insistía en el apoyo institucional a las librerías de barrio: “Leer nos hace más libres. Queremos reactivar ese Madrid que poco a poco va recuperando la ilusión y la alegría” una jornada en la que los madrileños podrán disfrutar de la mejor literatura descubriendo las últimas novedades o recuperando aquellas que tenían pendientes de leer”.

Un Sant Jordi que supera expectativas

En Cataluña, las restricciones sanitarias por los rebrotes del coronavirus hacían prever una Sant Jordi deslucido, pero, a pesar de las circunstancias dadas, la jornada terminó con muy buenos resultados en afluencia y en facturación. Tan buenos han sido, que parte del sector del libro baraja el plantear la creación de un Sant Jordi de verano estable.

La ciudad de Barcelona no pudo contar con los 110 puestos previstos en la zona perimetrada del Paseo de Gracia y apenas 70 librerías pusieron puestos en la calle. Cada población de la comunidad catalana se organizó en función de las restricciones especiales y vio cómo, a pesar del reducido número de puestos con libros y de las pocas firmas de autores para evitar aglomeraciones, Sant Jordi cerraba con una facturación equivalente a la cuarta parte de la edición 2019, un balance por encima de lo esperado.

La Cámara del Libro de Cataluña, agradecida

Hoy la Cámara del Libro de Cataluña hacía público un comunicado en el que “agradece la respuesta y el apoyo de los lectores a la celebración del 23 de julio como Día del Libro y de la Rosa” y ha expresado “su reconocimiento a la colaboración, el comportamiento cívico y el respeto de los ciudadanos a las medidas de seguridad e higiene adoptadas por las librerías”.

La Cámara ha valorado como un éxito la convocatoria del 23 de julio en la que “se estima que la facturación equivale al 25% de lo que se facturó el Sant Jordi de 2019”. Según el comunicado, “de acuerdo con las primeras estimaciones, durante el Día del Libro se repitió una tendencia que se experimenta desde hace ya unos meses en las librerías, que es una recuperación de las ventas de los libros de fondo y que ayer convivieron claramente con las novedades editoriales”.  Esto se debe a que el perfil de los compradores en esta jornada ha sido más cercano a los clientes habituales de las librerías, “gente que ya sabe qué viene a buscar y que se lleva tres y cuatro libros tranquilamente”, aseguraba Enric Aymerich, de la librería Laie.

#TodoEmpiezaEnUnaLibrería

La celebración del Día del Libro ha contado con el apoyo de la campaña #TodoEmpiezaEnUnaLibrería de FEDECALI. Durante dos meses, personalidades de la cultura y profesionales del sector del libro han compartido en las redes pequeñas y grandes historias que nacieron en librerías, razones por las que perderse entre los estantes y razones, sobre todo, por las que mantener el tejido de librerías y seguir convirtiendo el libro en uno de los mejores compañeros.

Las cifras que arrojaba el estudio “El papel del libro y la lectura durante el periodo de confinamiento por Covid-19 en España” hace unos días así lo demuestran: el número de lectores crecientes, aquellos que leen al menos semanalmente, aumentó a un 57% durante el confinamiento.

Para Manuel González, se trata de un reencuentro lógico y feliz: “además de un antídoto contra el aburrimiento, la lectura ha supuesto un descubrimiento de algo que es realmente atractivo, un lugar al que muchos han regresado. Por eso, el acto volitivo de la lectura se ha mantenido en esos 7 puntos por encima de los datos previos al confinamiento, y lo ha hecho durante tres meses. Y es porque la gente ha encontrado compensaciones en la lectura”.

Y es que, según el estudio, el 74% de los encuestados destaca que durante el confinamiento ha disfrutado mucho leyendo libros, un 70% considera que le ha ayudado a desconectar y un 65% ha encontrado en la lectura una forma para combatir el aburrimiento. De hecho, el 99% señala que los libros le han aportado entretenimiento; desconexión (97%), relajación (93%) y tranquilidad (90%) durante el confinamiento.

Para Manuel González, presidente de la Asociación de Editores de Madrid, “la celebración del Día del Libro ha sido un éxito. No ya por las buenas cifras de Sant Jordi en Cataluña, sino por lo que significa: por el respaldo del público al sector, por el agradecimiento del sector a sus lectores, por la presencia del libro en esta nueva normalidad, y porque marca un muy buen precedente de cara a la Feria del Libro en octubre”.