Francisca Aguirre (Alicante 1930 Madrid 2019), fue una reconocida poeta española. Hija del pintor Lorenzo Aguirre, se educó en una familia de artistas. Durante la dictadura su padre fue encarcelado y ejecutado, lo que marcó para siempre su vida y la de su familia. Empezó a trabajar a los 15 año como secretaria, pero nunca abandonó su profunda formación autodidacta en el campo literario y empezó a acudir a distintas tertulias.

Durante los años cincuenta comenzó a frecuentar el Ateneo de Madrid, asistiendo a las clases que daba allí el poeta José Hierro. En ese medio entró en contacto con otros jóvenes poetas y conoció a Félix Grande, con el que se casó en 1963, y con el que tuvo una hija, Guadalupe. El poeta Luis Rosales fue su maestro de vida y pensamiento, con el que formó equipo para redactar el diccionario enciclopédico y trabajó como su secretaria desde 1971 en el Instituto de Cultura Hispánica hasta su jubilación en 1994.

Pese a pertenecer generacionalmente al grupo de los 50, su primer libro, Ítaca (1972), ganador del premio de poesía “Leopoldo Panero”, apareció tardíamente, tras años de elaboración. Después publicaría otros títulos como Los trescientos escalones, ganador del premio de poesía Ciudad de Irún en 1977, y La otra música, uno de sus poemarios más destacados. Durante casi dos décadas se sumió en un silencio editorial. En 1995 aparecieron su libro de relatos Que planche Rosa Luxemburgo (1995), Premio Galiana, y Espejito, espejito, libro de memorias. Un año después publicó, Ensayo general, título bajo el que recogió toda su obra poética publicada hasta la fecha en la editorial Calambur.

Aguirre recibió el Premio Nacional de Poesía 2011 por su poemario Historia de una anatomía (2010), con el que ya había obtenido el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández en 2010. Su última obra fue Conversaciones con mi animal de compañía (2012), premio de la Asociación de Editores de Poesía. En 2018 recibió el Premio Nacional de las Letras.