Comisiones
LIBROS

A buen juez, mejor testigo

A buen juez, mejor testigo

A buen juez, mejor testigo

Resumen de la obra

A buen juez, mejor testigo es un poema escrito en versos octosílabos, de José Zorrilla incluido en su volumen Poesías (1838) e inspirada en la tradición toledana del Cristo de la Vega

Cuenta la leyenda que vivían en Toledo dos amantes: Diego Martínez e Inés de Vargas. Diego se va a la guerra, pero Inés pide a Diego que se case con ella cuando vuelva. Ante el Cristo de la Vega, Diego jura casarse con ella al cabo de un mes a su regreso de Flandes.

Pasó el tiempo y Diego no regresaba mientras Inés lo esperaba impaciente. Tres años más tarde, Inés reconoció a Diego al frente de un grupo de caballeros que entraban a Toledo. Salió corriendo en su busca, pero Diego, que contaba con una nueva posición social y había olvidado sus promesas, giró el caballo y renegó de su juramento.

Desesperada pidió al gobernador de Toledo, don Pedro Ruiz de Alarcón, que intercediera. Al solicitar testigos, Inés se atrevió a presentar uno: el Cristo de la Vega. El tribunal en pleno y muchos curiosos acudieron a la iglesia del Cristo de la Vega y …

Biografía del autor

José Zorrilla fue poeta y dramaturgo español y una de las figuras más destacadas del Romanticismo. Estudió leyes en las universidades de Toledo y Valladolid, pero no lo aprovechó demasiado y acabó huyendo a Madrid, donde tras vivir en la más absoluta pobreza, consiguió cierta fama. Fue un escritor prolífico: escribió principalmente historias nacionales, pero cultivó también la lírica, las leyendas y el teatro. Vivió en París, Londres y México. De regreso a España, en 1866, pudo comprobar que, pese a la extraordinaria popularidad que había alcanzado su obra, no conseguiría solucionar sus apuros económicos. El reconocimiento le vino cuando en 1882 ingresó en la Real Academia Española; en 1884 fue nombrado cronista de Valladolid y en 1889 poeta nacional en Granada. El genio de Zorrilla como poeta de su tiempo se advierte primordialmente en sus leyendas como A buen juez, mejor testigo y en su poema épico Granada (1852). Entre sus principales y exitosas obras dramáticas figuran Don Juan Tenorio (1844) y Traidor, inconfeso y mártir (1849).